En la década de los años cincuenta, la juventud no se diferenciaba de los viejos, sino que se vestían igual y hacían las mismas cosas. A partir del movimiento Rock y el movimiento Hippie, los jóvenes comenzaran a marcar diferencia respecto de las generaciones anteriores convirtiéndose en un fenómeno sociológico.
Con el correr del tiempo y los avances tecnológicos que permitieron la globalización especialmente de las comunicaciones, los jóvenes de hoy comienzan a agruparse según sus gustos e intereses que muchas veces copiados de distintas realidades han posibilitado el surgimiento de las llamadas tribus urbanas. Estas tribus en general identifican a un sector de jóvenes, más por moda que por convicción, que busca formas de vestir y de accionar particulares, generando un escenario diversificado y muchas veces incomprensible, sobre todo en aquellas sociedades en que las raíces culturales de estas no tienen relación con las acciones de la tribu.
En distintos lugares hoy reconocemos estas tribus y muchas veces creemos que son grupos marginales, sin embargo la realidad nos dice que va más allá. Las tribus están fundadas en la comunidad de emociones, se oponen a la pasividad del individuo común frente a la sociedad, y sociabilizan usando los mismos códigos, usan la misma vestimenta, tienen las mismas costumbres y frecuentan los mismos lugares.
En resumen las tribus reúnen a jóvenes que comparten espacios similares y se comunican a través de los mismos códigos, especialmente la vestimenta y la música. Conforman una unidad homogénea. Las tribus llegaron para quedarse.
