Es increíble cómo, después de pruebas científicas, concretamente ortopédicas, que demuestran el daño que los tacones pueden hacer en la estructura ósea y muscular femenina, las mujeres siguen usando este tipo de zapato. El uso del tacón inició en Francia hace más de 4 siglos y su estructura ha ido cambiando con la moda y las diferentes tendencias en cuanto a la altura y grosor, pero jamás ha desaparecido. No respeta raza, religión, clima o estrato social, la mayor parte de las mujeres alrededor del mundo usa tacones con regularidad, al menos todas han usado tacones más de una vez en su vida.
Hoy día y desde hace unos 4 años aproximadamente la tendencia a usar tacones muy altos, en promedio de los 12 a los 15 centímetros, es muy alta. Esta moda tuvo mucha fuerza en los años 70’s, con el uso de las plataformas que permitían “crecer” hasta 20 centímetros o más, y todo indica que permanecerá, así de exagerada, muchos años por venir.
Esta condición imperativa de usar tacones lo más alto que se pueda sobre usar zapatos planos o alpargatas proviene de una tendencia antropológica de ver a la mujer más atractiva por el resalte que sufren los músculos de sus piernas y glúteos al caminar sobre tacones. No importa si desde pequeñas tienen que aprender a usarlos, si molestan, si limitan sus actividades haciendo más complicado el moverse un lado a otro; es más, pueden ser hasta peligrosos, pero la necesidad de lucir atractiva es lo más importante. Incluso el cumplir con normas sociales, ya que esta moda ha convertido en una regla el que lucir tacones sea sinónimo de estar presentable o no.
